Una de las iniciativas propuestas por nuestra seño Victoria para este año, es la elaboración de un libro de deseos que se pueda ir escribiendo, poco a poco, con las peticiones de nuestros alumnos. De esa manera tener un lugar donde registrar nuestros sueños y compartirlos con los demás.
Decidimos que el mejor momento para comezar con esta empresa era la celebración del día de los derechos de la infancia. Cada niño redactaría y dibujaría su deseo. Evidentemente, confiabamos en que nuestros niños y niñas redactaran deseos profundos influenciados por las actividades propias de esta celebración.
En el caso concreto de mi tutoría, un servidor prefirió alterar el orden de los factores y primero pidió a sus alumnos que redactaran un deseo. De ahí salieron toda clase de propuestas disparatadas, que inspiraron un pequeño cuento. Este cuento se redactó de forma improvisada y se asemeja a muchas adaptaciones modernas del cuento de Aladino, no obstante su impacto sobre el alumnado fue el esperado y nos sirvió para charlar, interiorizar y celebrar el día de los derechos de la infancía.
Los deseos de Arrayanes
Yumara apretó su mochila contra
el pecho. Aquel era un día especial, todo el curso de 5º había salido al campo
para recoger hojas y adornar la cueva de lectura que estaban haciendo. Hacía un
buen día, aunque ya estaba bien entrado el otoño, el sol brillaba y el cielo
estaba limpio de nubes. Llevaban caminando un buen rato, el maestro marcaba el
ritmo y les decía cosas graciosas por el megáfono para animarlos.
Al cabo de un rato llegaron a
unas ruinas y Aarón y Joaquín se alejaron del grupo desobedeciendo a su maestro, como siempre. Llegaron a un
pequeño grupo de casas derruidas y se pusieron a jugar con todo lo que
encontraban cuando, levantando una vieja tabla, encontraron una lámpara de
aceite de esas que son muy antiguas. Les pareció que la lámpara era de oro pero como tenía mucha mugre se la
llevaron al maestro para que confirmara el valor de su descubrimiento. El
maestro no tenía mucha idea sobre el tipo de metal pero decidió limpiarla para
observarla mejor. Frotó un poco cuando de la lámpara brotó una luz cegadora que
los dejó a todos sorprendidos mientras un
humo denso de color azulado los envolvía.
- ¡¡Válgame!! exclamaron.
Cuando desapareció el humo,
pudieron comprobar que la lámpara había desaparecido de las manos del maestro y
a su lado se encontraba un señor con una vestimenta algo extraña y
estrafalaria. Todos enmudecieron y observaron atónitos al recién llegado.
No tuvieron tiempo de tener miedo
cuando el señor comenzó a hablar con una voz grave y majestuosa.
- Soy el genio de la lámpara- se
presentó con ceremoniosa parsimonia y durante un rato explicó a los alumnos de
Arrayanes su historia-.
En el pasado había sido un gran
mago, que creaba pociones para curar todo tipo de males y era conocedor de
grandes secretos. Uno de sus enemigos, celoso de la fama y el poder del genio,
le tendió una trampa para encerrarlo para siempre en una lámpara.
- Gracias a vosotros – concluyó
el genio- he sido liberado y como premio os concederé a cada uno aquello que más
deseéis.
Uno a uno, todos fueron pasando
frente al genio y formulando su deseo:
- Rafa, Joaquín y Aarón pidieron
un Quab de 125cc con marchas.
- Lumi, Yumara, Rafi y Pepi
pidieron que les tocara la lotería para comprar muchas cosas.
- Cande, Domi, Enriqueta y Diana
pidieron que todos fueran amigos y se llevaran bien.
- Elisea pidió ser una
programadora de vídeojuegos para
trabajar en lo que más le gustaba.
- Antonio pidió un libro de
acción, con muchas batallas y guerras.
- Luis Gabriel había enfadado al
maestro y aquel día no le hacía mucho caso por lo que pidió que su maestro le
perdonara.
- Juan deseaba tener un perro, un
amigo al que cuidar y proteger.
Rosa no había podido venir a la
excursión porque se había hecho daño en un brazo pero todos rogaron al genio
que le guardara el deseo para que también ella pudiera pedir el suyo. El genio accedió
y se despidieron por unos días.
Todos los niños de 5º pasaron
unos días muy contentos disfrutando de sus deseos pero algo muy grave pasó,
porque en todas las noticias se hablaba sin cesar de una posible guerra y de cambios políticos muy
serios.
Entonces la felicidad de los
niños de Arrayanes se tornó tristeza.
Diana, Enri, Domi y Cande que
habían pedido que todos los niños de su clase fueran buenos amigos, vieron como
su deseo se desmoronaba cuando cerraron la escuela. Ya no podían ver a sus
compañeros todos los días y no podían pasarlo bien aprendiendo, jugando y
charlando.
Elisea que había pedido ser una
gran programadora de vídeo juegos, no pudo conseguir su sueño. Al no poder ir a
la escuela, no aprendía las cosas necesarias para manejar adecuadamente el
ordenador.
Joaquín, Rafa y Aarón, se
pusieron tremendamente tristes porque a
pesar de tener una moto estupenda, el Centro de salud del barrio había cerrado
y sus hermanos pequeños estaban enfermos
y no mejoraban. Sin un médico que les mandara medicinas, sus hermanos
estaban en peligro y tenían tanta preocupación que se olvidaron de la moto.
Juan disfrutó de su perro hasta
que la policía prohibió a los niños salir a jugar a las calles. Ya no podía
lanzarle la pelota para que se la trajera, ni tan siquiera pasearlo para que
hiciera sus necesidades. El pobre perro
empezó a cagarse y mearse en el suelo de casa y la madre de Juan lo regañaba a
todas horas.
Antonio tuvo su libro de acción y
de guerras, pero cuando empezaron a suceder todas estas cosas extrañas en su
barrio, no las veía tan divertidas e incluso le tomó cierto coraje al libro.
Lumi, Yumara, Pepi y Rafi
disfrutaron unos días del dinero de la lotería. Pero cuando empezó la guerra,
se tuvieron que mudar con unos familiares y tuvieron que dejar a sus padres en
Linares. Sufrieron por no estar cerca de su familia y ni todo el dinero del
mundo les sirvió para cambiar nada.
Pero el genio no había olvidado
su promesa de conceder un deseo a Rosa, y se presentó en su casa.
Rosa había estado muchos días en
su casa recuperándose de su brazo roto y había visto todas las noticias
relacionadas con la guerra que estaba destruyendo su país. Había hablado con
sus compañeros de clase, que también eran de su familia, y supo entonces lo que
debía hacer.
Rosa, rogó al genio que terminara
con la guerra, que devolviera todo a la normalidad para que pudieran ser
felices como antes. El genio se conmovió y accedió a concederle el deseo.
A la mañana siguiente, todos los
niños de Arrayanes despertaron en sus casas, sus madres les metían prisa porque
tenían que ir a la escuela. Se levantaron más felices que nunca, volaron para
preparase y corrieron hacia la escuela para comprobar que todo era real. Se
reencontraron con sus compañeros y se
abrazaron como nunca lo habían hecho.
Aquel día era 20 de noviembre,
día de los derechos de la Infancia. Los maestros le explicaron cuales eran sus
derechos y deberes como niños. Todos atendieron fascinados y comprendieron
finalmente que hay deseos tan importantes que requieren el esfuerzo y el
respeto de todos para que nuestros
hermanillos, nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de la misma manera que
los hemos hecho nosotros.
Al terminar la historia, alguno
se preguntará qué deseo pidió el maestro. Pues bien, hartico como estaba, solo
pidió que sus alumnos aprendieran a escuchar. Que aprendieran a escuchar para
aprender de sus mayores, para no cometer los mismos errores, para solucionar
los problemas hablando y ser buenas personas.
Dibujo de Cande 5º de primaria |
Dibujo de Yumara 5º de primaria |
Dibujo de Elisea de 5º de primaria |
Conseguir un sueño es tan sencillo como que tus ganas de alcanzarlo sean mayores que tus excusas
Nota del autor: este cuento está basado en hechos reales, no hubo que lamentar ningún herido salvo la pobre Rosa que realmente estuvo mal con su brazo.
Me encanta el cuento, pero más me encanta la iniciativa y la fuerza de voluntad que muestran los profes Victoria y José Miguel cada día y cada curso para que los niños enriquezcan su aprendizaje con la pasión por la lectura. El cuento ha quedado espectacular porque el profe ha sabido convertir a los niños y niñas en los protagonistas de su cuento, abriendo la mente de estos niños y niñas a través de sus deseos. Seño Victoria y profe Jose Pedro, seguid así porque cada día me hacéis aprender y abrir mi mente. Un beso para todo Arrayanes!!
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